#Españoles
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
Ya poseemos casi todo lo que nos iba a hacer felices. Puede decirse
Enamorarse es fácil. Uno puede enamorarse —sin demasiado esfuerzo— varias veces al día, a nada
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
Es lo que tiene, el amor: empiezas siendo el galán protagonista