#EscritoresEspañoles
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
Un paquete de tabaco, un libro de poemas, cuarenta duros para tomar unas cervezas... Poca cosa, es verdad:
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde
Dejo el periódico sobre la barra. Enciendo un cigarrillo. Tomo
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general