Luis Barreda Morán

La Vida Es Tu Santuario

La Vida Es Tu Santuario
 
Deja de rezar en templos fríos,
siente mi amor en los ríos,
en el canto de los pájaros,
en el abrazo de tus amigos.
 
No golpees tu pecho con temor,
yo no juzgo tu error;
te hice libre, fuerte y completo,
para amar sin miedo ni secreto.
 
¿Por qué culparme de tu dolor?
Yo te di el sol, la lluvia, la flor.
La entrega por amor no es pecado ni maldad,
es fiesta, es vida, es libertad.
 
No busques en libros mi razón,
lee el amanecer, el vuelo del alción,
mírame en el mar que no se agota,
o en las huellas de una niña que trota.
 
¿Templos oscuros? ¡No son mi hogar!
Prefiero el monte, el trigo al volar,
la playa donde juegan las olas,
o el fuego que en la noche consuela.
 
No hay infierno, ni escalón, ni prueba,
solo existe este instante que lleva
la esencia de todo lo creado:
un regalo para ser disfrutado.
 
No me alabes con rezos vacíos,
muéstrame tu amor con bríos:
cuida el agua, abraza a tu hermano,
y ríe con el corazón en la mano.
 
¿Virtud? ¿Pecado? Son invenciones,
no llevo cuentas de tus pasiones.
Vive sin miedo, sin culpa atada,
que tu guía sea la madrugada.
 
Si al final preguntarte pudiera:
¿Disfrutaste la primavera?
¿Sentiste el vértigo de existir?
¿Supiste reír... y también sufrir?
 
No me busques en altares lejanos,
habito en tus sueños más humanos,
en el beso que alivia el dolor,
en tu interior... ¡Soy tu latir!
 
—Luis Barreda/LAB

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