Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.