#demonios #poesía
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.