Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.