Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Las canas son sabiduría que se desborda.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas