Fe.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.