#mercado #poesía
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podía y se lo creyó.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.