#poesía #vida
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Las canas son sabiduría que se desborda.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.