No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
Las canas son sabiduría que se desborda.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.