#medusa #poesía
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo