#luna #mujer #poesía
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podía y se lo creyó.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.