#haiku #poesía
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podía y se lo creyó.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio