La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.