#mercado #poesía
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta