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luis barreda

Ciudadanos del Universo

Ciudadanos del Universo
 
Antes que banderas, mapas o naciones,
late en el pecho un corazón sin fronteras,
somos el canto de mil generaciones,
almas que ignoran murallas y banderas.
 
El mundo es mi patria, el cielo mi techo,
la tierra, una madre que a todos abraza,
no hay credo ni raza en este derecho:
ser luz en la sombra, ser fuerza que abraza.
 
Hermanos de polvo, de sueños y estrellas,
la sangre no sabe de nombres ni acentos,
somos el vuelo de las mismas huellas,
el mismo temblor de los mismos lamentos.
 
Las fronteras son líneas que el miedo dibuja,
cicatrices en pieles que el odio divide,
pero el aire es libre, la lluvia no escucha,
y el mar besa playas que nunca elige.
 
No hay color en el viento, ni dios en el trigo,
la fe es un camino, no un muro cerrado;
ser humano es el único abrigo,
el fuego que arde cuando hemos olvidado.
 
Ciudadano del mundo, mi casa es el viaje,
mi credo, la aurora que rompe el silencio,
mi ley, el abrazo que borra naufragios,
mi fe, el latido de un grito suspenso.
 
¿Qué es una bandera sino un jirón de tela?
¿Qué es un himno sino un lamento en la tierra?
Somos más que himnos, más que una ancla,
somos la semilla que la guerra entierra.
 
Libres de dogmas, de sellos y rejas,
la piel es un cielo, no una cadena,
y aunque el poder trace rutas viejas,
nuestra sangre es savia de la misma vena.
 
Si un día el odio levanta su muro,
tejeremos puentes con versos y trigo,
porque el alma no entiende de muros oscuros,
solo del abrazo que nombra al amigo.
 
¡Derribad las jaulas, romped los cimientos!
Que nadie es extranjero bajo el mismo sol;
somos el reflejo de todos los vientos,
el mismo misterio, el mismo arrebol.
 
Y al fin, cuando el tiempo desgaste los nombres,
y las naciones se apaguen en niebla espesa,
quedará este verso navegando en los hombres:
“La patria es el mundo... y la vida, una mesa".
 
—Luis Barreda/LAB

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