Cuando Llamen a Tu Alma
Cuando Llamen a Tu Alma
Si golpean suave en tu ventana,
y sientes el alma que se ilumina,
no dudes, no esperes, que la vida gira,
y el amor quizás hoy te imagina.
Si tu pecho respira con ansias nuevas,
como un río que busca la mañana,
no es el viento, no es la pena...
Es un fuego que en silencio te acompaña.
Si en tus manos tiembla el presente,
y el tiempo parece detenerse,
abraza la luz que llega de repente,
no dejes que el miedo pueda vencerte.
La vida es breve, las horas vuelan,
y abril no dura en las rosas.
Abre la puerta si alguien anhela
traer canciones donde hubo sombras.
No preguntes si es tarde o temprano,
si es un sueño o verdad lo que esperas.
El amor no llega con un plan,
sino con alas ligeras.
Si hoy te nombran con voz sincera,
y en tu risa el cielo se refleja,
no guardes llaves, no cierres verjas.
¿Qué importa el riesgo si la suerte es buena?
Quizás mañana el sol no caliente,
o la lluvia borre los caminos.
Pero esta noche, valiente,
deja que el destino trace su sigilo.
No huyas si el corazón te advierte
que hay mil razones para intentarlo.
El amor no es dueño de su suerte,
pero sí sabe transformarlo.
Si te ofrecen un verso en la mano,
y una promesa sin garantía,
recuerda: el amor siempre es humano,
frágil, pero con luz propia cada día.
Y si al final, entre dudas y espinas,
te piden un sí, aunque sea pequeño,
no midas la suerte por las esquinas...
El amor crece si riegas su sueño.
Cuando llamen, abre sin recelo,
que la tristeza no gane la partida.
El amor no es un pájaro en vuelo,
sino un hogar que en tu pecho anida.
—Luis Barreda/LAB
