#haiku #poesía
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.