#procesión #prosa
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Las canas son sabiduría que se desborda.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.