#poesía
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Las canas son sabiduría que se desborda.