Flores.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya