#epitafio #poesía
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.