#haiku #poesía
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.