Día tras día.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.