#medusa #poesía
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel