Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Las canas son sabiduría que se desborda.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.