Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.