Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel