#hormigas #poesía #sol
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Las canas son sabiduría que se desborda.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.