Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.