#lluvia #poesía
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podía y se lo creyó.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.