#poesía
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
La procesión va por dentro, no por teatro.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podía y se lo creyó.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.