#poesía
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.