¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado