Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
La procesión va por dentro, no por teatro.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.