Al empezar,
lo cierto es que
empieza siendo
demasiado bueno para ser verdad.
Es cierto.
Es bueno.
Es verdad.
Sin embargo, hemos olvidado
la moraleja de los modales:
los condicionales
suelen ser
bidireccionales.
Es bueno.
Es verdad.
Es cierto.
Al final,
lo cierto es que
termina siendo
demasiado verdad para ser bueno.