Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Cae, cae una lluvia insulsa a la que le gusta morder. Llueve, llueve mucho y no para de llover. Llueve en las casas, en los corazones, en este escenario que es el mundo, hasta –si me fu...
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Llueve, llueve, llueve y no te mueves; todos esperan:
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Lo mío es entrar por la puerta pri… y llegar a tu oficina por la escal… de incendios. Desapercibido. Sin ser percibido.
Ya era tarde un segundo después de darme cuenta: el zaguán de las calles ya rezumaba zumo
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.