Día tras día.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.