Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.