#patentar #poesía #valor #vida
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.