Vuelo de Cenizas
La mano que un día golpeó con rencor,
hoy guarda silencio tras muros de horror.
La voz que gritaba con fuerza y valor
tejió una cadena de luz y de flor.
El miedo no es más que fantasma en la sombra,
que huye al encender la esperanza que asombra.
La vida es camino que a todos nos nombra,
buscando en el alma su canto de alfombra.
No hay jaula que aguante el vuelo de un ave
que sueña con mares de viento suave.
La herida se cura si el pecho es valiente,
y el tiempo cosecha la flor del presente.
Mujer que caminas con huellas de estrella,
tu risa es bandera, tu paso es centella.
No calles tu nombre, no apagues tu fuego,
que el mundo se nutre de tu aire nuevo.
Las noches más frías guardan secretos:
semillas que aguardan brotar en silencio.
La aurora despierta con fuerza de río,
lavando las huellas del viejo vacío.
No hay sombra eterna ni invierno sin fin,
la vida se rompe y vuelve a surgir.
Aprieta la tierra, siembra tu verdad,
que el fruto del árbol será libertad.
El odio es espina que nadie ha de amar,
la paz se construye sin dejar de andar.
En cada latido, en cada mirada,
se esconde un abrazo que al miedo ahuyenta.
Alza tu vuelo, rompe el cristal,
que el cielo es profundo y nos quiere igual.
La muerte se viste de mentira oscura,
mas vive en tu pecho la luz más pura.
No busques espejos donde el alma miente,
tu fuerza es raíz, es flor en la fuente.
Si el mundo te nombra, responde con vida:
*Soy tierra que sueña, soy alma encendida*.
Hoy rompo las redes del viejo temor,
tejiendo caminos de amor y de honor.
La historia no calla, repite su verso:
*Nadie es esclavo si abraza el universo*.
—Luis Barreda/LAB