Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Las cosas claras. La luna llena. Las caladas largas. Las faldas cortas. El fuego ardiente.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.