#poesía
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Las canas son sabiduría que se desborda.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.