Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.