Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.