Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible