Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
La procesión va por dentro, no por teatro.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán