La procesión va por dentro, no por teatro.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes