#poesía
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida