#ojos #poesía
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.